El testamento histórico
En su testamento, William Shakespeare le dejó a su hija Judith un cuenco de plata, 100 libras esterlinas, una reserva de 150 libras con la condición de que Judith renunciase a cualquier demanda en relación a una casa que poseía el escritor y otra suma equivalente de dinero si ella lo sobrevivía tres años, en caso de que esto no fuera posible, le entregaba el dinero a su nieta.
Shakespeare legó pertenencias de meno entidad al marido de su otra hija Susan, a sus sobrinos, a sus amigos y a su hermana le dejó 10 libras para que diera a los pobres. En cuanto a su esposa a quien le correspondía la tercera parte de los bienes al momento de heredar, le dejó la cama de menor calidad de la casa.
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