Hay casos tan raros que sin duda alguno a más de uno le dejan sorprendido, como por ejemplo el de Samuel Bratt, que al verse impedido a fumar por su esposa, estableció en su testamento que si esta quería gozar de los bienes que le dejará se tenía que fumar al menos 5 cigarrillos por día.
Otro caso raro es el de Leona Helmsley que dejó una fortuna a su mascota, mientras que a sus familiares no les dio ni a oler el dinero, al igual que Eleonor E. Ritchey que heredó algunos millones a sus canes.
Pero sin duda uno de lo testamentos más extraños fue el creado por León Tolstoi en el cual se establece que el acreedor a sus bienes sería el tronco de un árbol.
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